Me gusta leer los libros de lectura que le mandan a mi hijo, antes en el colegio y ahora en el instituto.
Uno de los que se ha tenido que leer este año ha sido La venganza de don Mendo de Pedro Muñoz Seca. Como la primera lectura le resultó muy complicada volvimos a leerlo juntos una segunda vez en la que cada uno era un personaje y parecía que estábamos representando la obra. Sólo éramos dos actores para muchos personajes, pero no nos salió mal y creo que esta segunda vez sí se enteró de algo más de la historia. El teatro en verso fue toda una novedad, pero como la obra era divertida disfrutamos con ella.
Esta obra pertenece a lo que se conoce como el género astracán del que es creador Muñoz Seca y el lenguaje, la burla, las segundas intenciones y los juegos de palabras utilizados son inmejorables.
El amor, los celos, las intrigas palaciegas y la traición que les suceden a los personajes en esta historia del siglo XII y las situaciones que viven se pueden extrapolar a la actualidad. Cambia el ropaje, la forma de decir pero no cambian los sentimientos y las vivencias que afloran en la obra. No han cambiado en los siglos que han transcurrido desde la época en la que transcurre la representación, ni desde que se escribió.
Las librerías están llenas de libros que son best seller sobre temas de rabiosa actualidad pero no hay que olvidar a los clásicos y ésta fue una gran ocasión para leer un buen libro que resultó ser, además, muy divertido.
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