No es extraño que al estar trabajando o jugando con rotuladores, plumas o bolígrafos nos manchemos la ropa de tinta, no de unos rayajos sino de una señora mancha que nos estropea la manga de las camisas o de los jerséis.
A mi me ha pasado muchas veces, que sin darme cuenta he dejado un rotulador o bolígrafo abierto en la mesa y he puesto el brazo encima y cuando me he querido dar cuenta ya tenía la mancha en la ropa
Además de los productos que existen en el mercado no hay que olvidar un remedio casero para este accidente y es la leche.
Se calienta un poco de leche (la cantidad va en función de la mancha y del tipo de prenda, tened en cuenta que los tejidos van a absorber el líquido por lo que no escatiméis) y se mete la parte de la ropa donde está la mancha, se deja un rato y se va viendo como la leche coge el color de la tinta, es cierto que ese color se va extendiendo por la prenda pero eso es momentáneo. Repetid esta operación las veces que creáis sea necesario.
Cuando veáis que la mancha se ha quitado lavad la prenda en seguida.
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